Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar y personalizar su experiencia y para mostrar anuncios (si los hay). Nuestro sitio web también puede incluir cookies de terceros como Google Adsense, Google Analytics, Youtube. Al usar el sitio web, usted consiente el uso de cookies. Hemos actualizado nuestra Política de Privacidad. Por favor, haga clic en el botón para consultar nuestra Política de Privacidad.

¿Cómo afecta la nueva edad de jubilación en Dinamarca a los trabajadores?

https://laopinion.com/wp-content/uploads/sites/3/2025/05/aa6b1cb0-37da-11f0-93e8-11400a8fb069.jpg?w=1200

Dinamarca ha dado un paso sin precedentes al aprobar una reforma que elevará la edad de jubilación a los 70 años a partir del año 2040. Con esta medida, el país escandinavo se convierte en la primera nación del mundo en establecer un umbral tan elevado para el retiro del mercado laboral, un cambio que afectará a todas las personas nacidas después del 31 de diciembre de 1970.

La decisión fue aprobada por el Parlamento danés con una amplia mayoría, aunque no sin controversia. Desde 2006, el país ya había vinculado la edad de jubilación a la esperanza de vida, revisando el umbral cada cinco años. Actualmente, esta edad se sitúa en 67 años, y está previsto que aumente a 68 en 2030 y a 69 en 2035. La nueva reforma confirma la tendencia de alargar la vida laboral, en un intento por mantener la sostenibilidad del sistema de pensiones ante una población cada vez más envejecida.

La iniciativa ha generado un notable descontento social, con protestas organizadas por sindicatos y trabajadores que consideran la medida injusta, especialmente para quienes desempeñan trabajos físicamente exigentes. La crítica principal se centra en la falta de distinción entre los distintos tipos de ocupaciones: no es lo mismo trabajar en una oficina que hacerlo en la construcción o en fábricas, señalan los manifestantes.

Esta reforma se alinea con recomendaciones emitidas por organizaciones internacionales, que advierten sobre el impacto del envejecimiento poblacional en las economías modernas. A nivel global, la esperanza de vida ha aumentado significativamente en las últimas décadas, mientras que las tasas de natalidad han descendido. Esta tendencia amenaza con alterar el equilibrio entre trabajadores activos y pensionistas, lo que podría poner en jaque la viabilidad de los sistemas públicos de pensiones.

Estudios recientes muestran que, en muchos países, se está alcanzando un punto crítico donde más personas saldrán del mercado laboral que las que se incorporarán. Esta situación ya se vislumbra en países como Reino Unido (2029), Brasil (2035), India (2048) y Estados Unidos (2053), lo que ha motivado a muchos gobiernos a considerar reformas similares.

El debate no es exclusivo de Dinamarca. En Europa, otras naciones han elevado también la edad de jubilación en los últimos años. España, por ejemplo, ha ido incrementando progresivamente el umbral hasta los 67 años, previsto para 2027. Francia aprobó recientemente un aumento de 62 a 64 años, provocando una intensa ola de protestas. En Italia y los Países Bajos, la edad está sujeta a revisiones según la esperanza de vida, al igual que en Dinamarca.

En Latinoamérica, naciones como Brasil y Uruguay han llevado a cabo reformas comparables, aumentando la edad para jubilarse a 62 y 65 años, respectivamente. No obstante, en otros países de la zona, como Bolivia y Venezuela, los límites continúan siendo notablemente inferiores, particularmente para las mujeres, quienes pueden retirarse a partir de los 50 o 55 años en ciertas situaciones. Sin embargo, muchas de estas jubilaciones están impactadas por la fragilidad del sistema, con pensiones que a menudo apenas son suficientes para satisfacer requerimientos esenciales.

El caso danés ha reavivado un debate de fondo: ¿vivimos para trabajar o trabajamos para vivir? Para muchos ciudadanos, trabajar hasta los 70 años no solo parece excesivo, sino incompatible con una vida digna en la vejez. Voces críticas dentro del país insisten en que es necesario encontrar un equilibrio entre sostenibilidad económica y calidad de vida, sobre todo cuando se trata del último tramo de la vida laboral.

Más allá de las cifras, el cambio en Dinamarca indica claramente la dirección que podrían tomar otras naciones. La mezcla de una alta esperanza de vida, bajas tasas de nacimiento y la presión sobre los sistemas de jubilación está llevando a los gobiernos a enfrentar decisiones complicadas. La gran pregunta es si estas modificaciones se aplicarán de forma justa y si asegurarán condiciones adecuadas para todos los empleados, sin importar su ocupación o nivel de salario.

Por Otilia Adame Luevano

También te puede gustar

  • Economía sostenible: definición y ejemplos

  • Peso mexicano cede terreno frente al dólar tras pronóstico de la OCDE

  • Regulación y su efecto en Bitcoin

  • La esencia detrás de las canciones de Christina Aguilera